La cocina peruana no distingue raza, economía ni geografía de los peruanos, todos nos hemos sentado alrededor de un mismo anticucho para rezar de manera uniforme ese vocablo onomatopéyico que se ha transformado en un himno al orgullo patrio: “¡umm!”.
La sabiduría gastronomita de los hombres en el PERU precolombino se ha difundido desde los hogares más humildes hasta las cocinas más exclusivas, desde hace una década quien iba a pensar que difundir el pasado gastronomico del país, hasta convertirlo en una propuesta más sofisticada, iba a terminar implementando una cadena de valor que representaría el 4,2% del PBI.
Podríamos afirmar que la cocina movilizaría más de S/.40 mil millones a fines del 2009 (11,2% del PBI estimado para este año) si sumamos lo que los restaurantes movilizaran mas lo que generara el consumo de alimentos en los hogares.
Según Gastón Acurio presidente del APEGA y protagonista de este crecimiento, la gastronomía peruana podría convertirse en el motor de la economía si se elevan los estándares de calidad en la base de la pirámide, superar desventajas como la baja formalidad del sector y la falta de cultura empresarial en el agricultor, que según acurio este podría transformarse en exportador. Según Víctor Torres, asesor de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), los campesinos se sumarán prontamente a la filosofía de Acucio: “Si la gastronomía crece, nosotros creceremos. No existe cocina peruana sin industria agropecuaria. Es hora de que la mentalidad del campo cambie.
Con esto el Perú podría desarrollar productos turísticos más especializados, como visitas a bodegas pisqueras, que pondrían al país en la mira de un turismo más exclusivo.
A pesar de que la cocina a gas ha reemplazado al carbón y la picadora eléctrica al batán, el paladar peruano se ha mantenido intacto: exigente, intolerante y sibarita. El Perú, bendecido por un mar generoso, un clima templado, y distintos pisos ecológicos, ha cultivado una cocina particular en los 24 departamentos del país y debería aprovechar la oportunidad que se le presenta para reflejar en el mundo la mixtura de la que estamos hechos los peruanos.
El ají amarillo será el próximo protagonista de las ferias gastronómicas de la marca “Perú, mucho gusto” en el extranjero ,cuyas ventas al exterior, con los jalapeños y rocotos, han registrado un monto de US$36,3 millones durante el año pasado.